02 mayo, 2011

Mis borradores se triplican, se aplastan, se amontonan. Mis cuadernos estan llenos de cosas que debería haber dicho y callé. Cosas que pensé, pienso y quizás nunca jamás pueda decir en voz alta. Cualquier hoja cercana a mi termina escrita, con garabatos, tachaduras y palabras sueltas. Pueden ser las 4 de la mañana y puedo seguir con ganas de escribir, y admito que musas no me faltan. Porque hay tantas ideas en mi cabeza, que a veces creo que trato de darle sentido a cosas totalmente locas.


Pero eso sí, jamás un punto medio.
Es odio o amor chicos, no te estoy trabajando los grises ni el mate tibio.

Poco a poco me fui entregando a la ilusión de pelear por lo que amo, y es el día de hoy que no pienso bajar los brazos.

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